ARTE CHELITA
Son 45 años de cultura y tradición que nos permiten soñar con un crecimiento en armonía con la preservación del arte hecho a mano.
El maestro Arturo Albornoz fundó Arte Chelita en 1980 y falleció el 28 de agosto de 2012. Continuando con su legado, su hija Ximena Albornoz, quien con mucho esfuerzo, sacrificio y perseverancia ha podido sacarlo adelante, formando así una gran empresa al sur de Colombia, en la región andina, donde a través de este arte y oficio se generan muchos empleos directos e indirectos.
También contamos con una escuela donde se capacita a madres cuidadoras con niños en diferentes condiciones de discapacidad, madres rurales, niños, jóvenes, adultos mayores y campesinos, quienes terminan trabajando con mano de obra desde sus hogares.
Contamos además con un taller dentro de las cárceles de Pasto e Ipiales, donde se capacita a un grupo de personas privadas de la libertad que, desde allí, se articulan a nuestra empresa con mano de obra.
Trabajamos incansablemente en favor de la cultura y la región, abriendo nuevos espacios y mercados nacionales e internacionales.
El ADN de Arte Chelita
es el resultado de una tradición artesanal y artística de nuestra región Nariño, situada al sur de Colombia; una región rica en referencias culturales ancestrales y legados españoles.
El enchapado en tamo o marquetería en paja, en nuestro país, se remonta al siglo XVII con la colonización española.
También cabe destacar el legado de culturas autóctonas como la de los Pastos y Quillasingas, cuya simbología está muy presente en nuestros diseños.
Nosotros, como artesanos y creadores, continuamos preservando estas tradiciones en el ejercicio cotidiano de nuestra empresa: un arte vivo, reconocido por su producción y continuidad en un sello de excelencia de maestros de la tradición.
Mi equipo de trabajo y yo, como parte de la generación actual, continuamos manteniendo esta expresión artística viva y heredera de técnicas y formas creativas dinámicas, que han sabido adaptarse al contexto social y estético, logrando resultados económicos que, por su buena reputación, permiten vivir produciendo arte.
Por otra parte, la técnica empleada por mí es el resultado de una búsqueda personal, explorando en el legado del savoir faire (“saber hacer”) de proximidad familiar y regional.
La creatividad e inspiración son la suma de recursos actuales sobre soportes prácticos en su utilización, como objetos funcionales, utilitarios, adaptables y ricos en sus variedades de argumentos decorativos.
Nuestro posicionamiento eco-responsable se debe a la prodigiosa materia prima que es el tamo (tallo de cebada), material que nos inspira dulzura impuesta a los sentidos del tacto, lo visual y, en ocasiones, hasta lo olfativo, por la variedad de materiales tratados.
Esto hace que cada día podamos crear más diseños para seguir conquistando el mundo con nuestra creatividad en la artesanía.
Cada artesanía tiene una historia, y por eso ha sido de gran impacto a nivel global.
Seguimos, de la mano de Dios, conquistando el mundo, porque a través de este arte y oficio vivimos y sostenemos muchas familias de nuestra región.